La paz interior es algo de lo más buscado y de lo menos encontrado en estos días. Las exigencias y expectativas de la sociedad y de uno mismo generan ansiedad y estrés, que muchas veces provocan un sentimiento de frustración por no lograr lo que se espera o se desea. Este sentimiento negativo tiende a generar círculos viciosos que afectan el bienestar general (la salud, las relaciones personales, la productividad, el estado de ánimo, etc.).

Hay que recordar que somos seres integrales, con necesidades físicas, mentales, emocionales y espirituales. El equilibrio entre estas áreas logra un bienestar holístico, si alguna falla, repercute en todas las demás.

Algunas recomendaciones generales son:

  • Tomar tiempo para uno mismo, para pensar y recapacitar sobre la vida, lo que se desea de ella y cómo lograrlo
  • Tomar tiempo para descanso/entretenimiento con seres queridos (familia, amigos…)
  • Organizar el tiempo y nuestras actividades, definir prioridades, aprender a decir que no
  • No dejar pasar los problemas: afrontarlos, tomar decisiones
  • No analizar continuamente el problema o las alternativas, esto produce ansiedad
  • Evitar exagerar las consecuencias negativas (hipervaloramos la probabilidad de que ocurra algo malo, haciendo análisis catastrofista)
  • Reconocer y felicitarnos por nuestros logros
  • Reconocer que es natural equivocarse, analizar la situación y corregirla
  • Querernos y tratarnos bien
  • Querer y tratar bien a los demás, felicitarlos, decirles algún halago
  • Sonreír de corazón
  • Practicar la relajación frecuentemente
  • Buscar una actividad o hobby que resulte motivante y ayude a desconectar la mente del trabajo cotidiano
  • Aceptar la ayuda que se ofrezca
  • Aprovechar las oportunidades

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